viernes, 29 de abril de 2016

Primer Escrutinio (XI)



 
«El camino catecumenal incluye las siguientes fases: primero una fase kerigmática, la conversión inicial, que son la primeras catequesis que habéis hecho, luego un tiempo de pre-catecumenado; después el tiempo de pasar al catecumenado, que comprende una puerta que se abre, que es el primer escrutinio, esta convivencia, un año y un poco de camino y un segundo escrutinio, que es una puerta que se cierra. Que se entra ya en el catecumenado. Vosotros estáis aquí hoy en esta convivencia del primer escrutinio. Luego viene un tercer escrutinio para pasar al tiempo de la elección y, finalmente, la renovación del Bautismo de agua, el bautismo del Espíritu y la Eucaristía. Entonces llega el momento del neofitato, que incluye la catequesis mistérica durante el tiempo de Pascua, que sigue con la renovación de la última parte del Bautismo.
El Camino Neocatecumenal que tuvo la Iglesia Primitiva, vuelve hoy a ser restablecido en la Iglesia.
¿En qué punto te encuentras?
Bueno, en este Camino Neocatecumenal, en el punto donde os encontrais ahora alguien podría decir: Yo tengo fe. Bueno, en primer lugar: tú no lo puedes saber. Un fiel sí que lo puede saber, porque ha completado todo el catecumenado, la Iglesia lo ha confirmado. Porque el bautismo final, la Confirmación y la Eucaristía es un sello que la Iglesia da para confirmar que el camino ha estado bien hecho. En segundo lugar, tú puedes decir que tienes fe, bueno, lo tienes que demostrar. Puedes encontrar cosas que te hacen pensar que tienes fe. Muy bien: pero es un carisma de la Iglesia que tiene el obispo, que es el discernimiento del espíritu para saber si eso que tú crees fe lo es verdaderamente o no. Por eso me divierten los que dicen: vosotros decís que hay personas que tienen una fe religiosa natural, y otras que tiene una verdadera fe cristiana. Y esto ¿quién lo puede saber? Bueno, el obispo y el párroco en una parroquia.
Y si a mí en una parroquia me nombrasen párroco, lo primero que debo hacer, mi primera misión sería la de discernir la fe de la gente de mi parroquia para ver si son cristianos o simplemente gente religiosa. Porque si me encuentro con gente muy buena y piadosa, que continuamente ofrece su vida a Dios, que ama a Dios en una forma natural, pero que no conoce la gratuidad total de Dios, después de haber recibido los tres mil millones de libras totalmente gratis y haber resucitado realmente, que esto es lo que significa ser cristiano, ser un signo de esperanza en el mundo, vivir en medio del sufrimiento, sin sufrir, porque Jesucristo te ha rescatado, porque la respuesta a los acontecimientos de la vida son las respuestas de Cristo resucitado y como Jesucristo resucitado no puede morir más, la muerte ya no tiene poder sobre ti, así que tu respuesta a la muerte es completamente una revolución, una respuesta que nadie más puede dar, de forma que no tendría otro remedio que iniciar en mi parroquia un camino catecumenal de gestación e iniciación en la fe para estas personas religiosas, en lugar de decir muchas misas. De hecho, me hacen sonreír los sacerdotes que dicen: Es que no se puede juzgar la fe de la gente. No es cierto: ésta es precisamente la misión, el servicio del párroco como obispo de su iglesia local.
Es decir, la primera cosa que debe quedar claro es que la fe debe ser demostrada. El camino catecumenal pretende que vosotros demostréis vuestra fe, por esta misma razón no existe en la iglesia primitiva, ningún Bautismo sin que uno dé garantía, es decir, sin padrino, sin una persona que garantice la fe de la persona que va a ser bautizada.
Garantizo que al menos uno pasa de rezos
Aquel que garantiza que este señor que quiere ser bautizado responde con su vida al Evangelio. Para entender esto dice San Juan Crisóstomo en el segundo sermón a los elegidos, a aquellos que van a ser bautizados: ¿Cómo lo tengo que decir? Aquel que no practica la virtud sin esfuerzo no puede ser bautizado. Porque esta es precisamente la prueba de que el catecúmeno ha recibido gratuitamente la fe, porque la fe es un don gratuito, no un producto de nuestros puños.
La fe es un don gratuito que Dios te da en la Iglesia, que no es otro que el don del Espíritu Santo, que es el mismo Espíritu de Jesucristo. Es como si tuvieras que ir andando a un lugar al que no puedes llegar y te dan gratis un coche sin que te lleva cómodamente. ¿Qué es precisamente lo que evidencia que no tienes fe? El hecho de que te practicar la virtud, porque es una prueba que tengas que ir caminando, que no has recibido nada gratis. Está clarísimo lo que dice San Juan Crisóstomo: Quién no tiene la virtud sin esfuerzo, no puede ser bautizado. Quien no cumple hasta la última letra pequeña del sermón de la montaña sin ningún tipo de esfuerzo, de forma gratuita, dice San Juan Crisóstomo, lo siento mucho, pero no puede pasar.
Nosotros también, no en este escrutinio, sino a partir del segundo, comenzaremos a discernir: las pequeñas señales que deberéis tener en ese momento, porque se te ha dado el Espíritu Santo, por eso necesitáis más tiempo; porque es evidente que las señales que tenéis que dar al comienzo del camino son muy pequeñas, porque estamos en el comienzo, sin embargo, los signos que hay que dar más adelante no son signos que podáis dar en vuestras fuerzas, porque son obras de vida eterna, que sólo puede hacer Jesucristo en ti y no, por mucho que te esfuerces, porque tú no has vencido a la muerte, y es imposible que venzas a la muerte con tus puños. Precisamente porque no tú no tienes poder sobre la muerte se te debe dar de forma gratuita Jesucristo, que ha vencido a la muerte. Y este don de Dios es el Espíritu Santo.
Otra confusión que tenemos: uno dice: yo tengo el Espíritu Santo, porque estoy bautizado desde niño. Y yo te digo ¿a mí qué me importa?
...pero sus obras no son obras del Espíritu Santo
Demuéstrame que tienes el Espíritu Santo por tus obras, porque esto dice la Escritura. San Juan escribe a toda la comunidad de cristianos que han hecho el catecumenado de adultos. Nunca digáis que sois cristianos: quien aborrece, odia, a un hermano es un asesino, y ningún asesino tiene la vida eterna, el Espíritu Santo, dentro de él. Tener el Espíritu Santo es tener la vida del mismo Cristo resucitado. Vida eterna es tener dentro de tu corazón una vida que no muere más, que la muerte física o moral, no te puede quitar esta vida, que ningún acontecimiento te puede arrebatar de esta vida, CRISTIANO ES EL QUE TIENE LA VIDA ETERNA.
Por esto ¿qué responder al obispo cuando te pregunte qué deseas?
Queremos la fe, lo que significa tener dentro de nosotros la vida eterna. ¿Qué te da la fe? La vida eterna ahora. Ahora entiendes por qué San Juan dice que el que aborrece a un hermano es un asesino. Y ningún asesino, tiene la Vida Eterna dentro de sí mismo.
Y quién no tiene la vida eterna dentro de si, no es de Cristo, no tiene el Espíritu de Cristo, dice S. Pablo a los cristianos de Roma, que no nos pertenecemos. Y se lo dice a personas ya bautizadas, después de todo un catecumenado. De hecho, nada garantiza que tengan fe: ni ser bautizado, ni ser sacerdote, ni el haber hecho el camino catecumenal: lo que te garantiza que tienes fe es tener dentro de ti la Vida Eterna, el Espíritu de Cristo resucitado. Esto es para que no nos engañamos.
Por esto, en la Iglesia primitiva después de este camino serio de conversión que es el catecumenado, prácticamente no existe la penitencia, la confesión que tenemos hoy en día. Porque era algo excepcional que uno se saliese del camino, pecando gravemente. Si se daba este caso, tenía que cumplir la penitencia, que era un segundo bautismo, un tiempo de conversión profunda, un segundo catecumenado, donde permanecía durante años para dar nuevas pruebas de conversión.
La fe, entonces, se debe verificar. Por lo tanto: ¿qué significa tener fe? Sólo esto: tener dentro la Vida Eterna.
Recuerda la catequesis que has recibido: que el hombre, por temor a la muerte está sometido al mal, y este miedo a la muerte viene de la experiencia radical del pecado cometido. Esto lo hemos predicado en la primera catequesis, que tal vez hayas olvidado.
Por eso, el hombre está atrapado por la muerte, el hombre se vuelve incapaz de amar. Amar significa morir uno por el otro, aceptar al otro tal como es, no sólo cuando me conviene, porque esto no es amor, sino egoísmo. Y el hombre que es esclavo del miedo a la muerte no puede morir al otro, no puede amar. Porque el amor no es cualquier cosa: es buscar el bien de los demás por encima de su propio bien. Esto es la caridad, el ágape, sin mirarte a ti. Este es el amor de Dios manifestado en Cristo, que quiso nuestro bien y que no le importó a Dios matar a su hijo por nosotros, cuando éramos sus enemigos.
Bueno, este amar a los demás, así, esta trascendencia del otro, amándolo tal como es, es una ley que eleva al hombre en su ser interior y que se realiza como un hombre amante de su esposa, que la sirve, sin esperar nada de ella. Pero hemos dicho que este hombre no lo puede hacer porque ha pecado, y este pecado que habita en él, lo convierte en su esclavo, de forma que no puede cumplir esta ley que siente en su corazón y siempre hace lo malo, aborrece, ama sólo lo que es como él. Y de este querer y no poder (Romanos 7) surge toda la infelicidad del hombre».

miércoles, 27 de abril de 2016

El Camino en otro lado del mundo



Sabido es que en este blog gusta dar a conocer testimonios de personas que conocen el Camino desde dentro, porque no deja de ser llamativo como se asemejan los testimonios unos a otro, sea cual sea la edad, el estrato social o el país de quien aporta su experiencia.

En este caso, el testimonio, formado a partir de retazos de correos recibidos por el blogger, está tomado de aquí, y quien lo relata es una mujer de algún lugar del hemisferio sur de este precioso planeta… pero por lo que cuenta ella y yo podríamos haber caminado en la misma comunidad, aunque en mi caso tengo pendiente darme alguna vuelta fuera del hemisferio norte.

Sin más presentación, el testimonio de M.

«He sido miembro forzoso de esta secta durante diez años. Mis padres caminan desde que yo era bebé. Crecí dentro de ella y he visto como juegan con la vida de la gente y como controlan sus pensamientos.

He visto como ha cambiado mi familia, especialmente mi madre y mi hermana. No tienen amigos ni vida fuera del Camino, están obsesionados con el Camino de una forma aterradora e irritante. Mi madre incluso me chantajea para que vaya. Las mentes débiles se pierden en el Camino, se vuelven retorcidos y cada vez que se reúnen hablan de Kiko, realmente tiene a ese hombre en un pedestal.

Todos los matrimonios se quejan de sus cónyuges, se humillan el uno al otro en las convivencias; veo como sufren y como todavía creen profundamente que ellos son cruces para el otro, con la misión de que el otro sufra para así alcanzar la salvación. Porque esto es lo que Kiko enseña a propósito de la cruz de cada uno».

¡Tooooma moralismo rancio de quien considera al esposo/a una cruz  sin la que no se salva! ¿Para qué les sirve a estos moralistas el sacrificio de Cristo, si ellos se ganan la salvación por sus puños?

«A mí me obligaron a entrar en una comunidad. Dos o tres años después, el Obispo prohibió al Camino hacer nuevas comunidades. Por supuesto el catequista decía que era persecución dentro de la Iglesia, pero la gente se salía, incluso los catequistas. Uno de ellos abandonó a su esposa y tiene una nueva familia, otro se fue de la ciudad y el responsable de los catequistas abandonó el país sin previo aviso, dejando la tarea a cargo de un par de ancianos que apenas pueden hablar en público».

Quede claro que el CNC no es una herramienta al servicio de los Obispos, el CNC sólo se mira a sí mismo y jamás se podría al servicio de algo que considera de menor valor.

«He oído una y otra vez como los casados se refieren a sus cónyuges tildándoles de cruces para ellos. Se humillan el uno al otro. Hay un matrimonio que me hace sentir muy mal, la esposa siempre llora y cuenta lo espantoso que es su marido para ella, como ella le juzga a él, y como él la humilla a ella con su forma de actuar.
A mí me humilló el responsable de la comunidad porque yo no hablo de mi vida personal, él intentó obligarme a “compartir mi vida” e incluso me dijo que el demonio me usaba contra él.

Los catequistas humillan y le dicen a la gente como tiene que vivir su vida. Una vez le dijeron a un chico que tenía que dejar su trabajo porque le llevaba a perder el ritmo de la comunidad; preguntan a las parejas por su relación sexual. Empujan a las parejas jóvenes a casarse y a hacerlo con un “hijo de Israel” (alguien del Camino). Una mujer tuvo que dejar el Camino porque la mandaban una y otra vez a intentar volver con su exmarido, quien se había vuelto a casar. Los “anuncios” se dedican invariablemente a alabar a Kiko Argüello, sólo se habla de lo que él dice y lo que él hace.

He visto como el Camino ha afectado a mi familia. No tienen vida social fuera del Camino. Incluso dejarían de ir a una reunión familiar por el Camino. Se ponen muy a la defensiva sobre esto, llegó un punto en que me estaban chantajeando para ir, todavía es así en realidad. Puedo decir que ellos piensan que una misa católica normal no es lo mismo, piensan que es menos (que una ‘uka’ caminera). Los catecúmenos piensan que el Camino es mejor que el resto de la Iglesia católica, como si ellos fuesen los únicos que se salvan. Y eso es lo que ellos hacen que crea la gente, en especial los de personalidad débil que quedan atrapados».

lunes, 25 de abril de 2016

Monseñor Schneider habla sobre el Camino Neocatecumenal



Gracias al aporte de un amigo del blog y al trabajo de Rorate Caeli y Adelante la Fe se dispone de la versión en español de la entrevista al obispo Athanasius Schneider, dirigida por Dániel Fülep del Centro John Henry Newman de Educación Superior en Hungría.
Como la entrevista es extensa, se ha entresacado lo que hace referencia al CNC y un par de puntos que aclaran errores comunes del CNC. Para leer la entrevista completa, ir aquí.

Sr. Fülep: Mientras se persigue a la tradición, hay algunos nuevos movimientos modernos que están muy respaldados. Uno de ellos es la comunidad de Kiko. ¿Cuál es su opinión sobre el Camino Neocatecumenal?
Su excelencia obispo Schneider: Este es un fenómeno muy complejo y triste. Para hablar abiertamente: Es un caballo de Troya en la Iglesia. Los conozco muy bien porque yo fui un delegado episcopal para ellos durante varios años en Kazajstán en Karaganda. Y ayudé a sus misas y reuniones y leí los escritos de Kiko, su fundador, así que los conozco bien. Cuando hablo abiertamente sin diplomacia, debo decir: El Camino Neocatecumenal es una comunidad judío-protestante (las comunidades mezclan la liturgia de la Iglesia con elementos judíos y protestantes) dentro de la Iglesia sólo con una decoración católica. El aspecto más peligroso es con respecto a la Eucaristía, porque la Eucaristía es el corazón de la Iglesia. Cuando el corazón está en malas condiciones, todo el cuerpo está en malas condiciones. Para el neocatecúmeno, la Eucaristía es ante todo un banquete fraterno. Esto es protestante, una actitud típicamente luterana. Ellos rechazan la idea y la enseñanza de la Eucaristía como un verdadero sacrificio. Incluso sostienen que su enseñanza tradicional, y la fe en la Eucaristía como sacrificio no es cristiana, sino pagana. Esto es completamente absurdo, esto es típicamente luterano, protestante. Durante sus liturgias eucarísticas tratan al Santísimo Sacramento de tal manera banal, que a veces llega a ser horrible. Se sientan al recibir la santa comunión, y luego se pierden los fragmentos, ya que no se hacen cargo de ellos, y después de la comunión bailan en lugar de orar y adorar a Jesús en silencio. Esto es realmente mundano y pagano, naturalista.
Sr. Fülep: El problema puede ser no sólo en la práctica…
Su excelencia obispo Schneider: El segundo peligro es su ideología. La idea principal del Neocatecumenato según su fundador Kiko Argüello es el siguiente: la Iglesia tenía una vida ideal sólo hasta Constantino en el siglo IV, sólo ésta era efectivamente la verdadera Iglesia. Y con Constantino la Iglesia comenzó a degenerar: degeneración doctrinal, degeneración litúrgica y moral y la Iglesia tocó fondo de esta degeneración de la doctrina y la liturgia con los decretos del Concilio de Trento. Sin embargo, contrariamente a su opinión, lo contrario es cierto: este fue uno de los aspectos más destacados de la historia de la Iglesia, debido a la claridad de la doctrina y la disciplina. De acuerdo con Kiko, el oscurantismo de la Iglesia duró desde el siglo IV hasta el Concilio Vaticano II. Fue sólo con el Concilio Vaticano II que la luz entró en la Iglesia. Esta es una herejía, porque esto quiere decir que el Espíritu Santo abandonó la Iglesia. Y esto es muy sectario y muy en línea con Martín Lutero, quien dijo que hasta él, la Iglesia había estado en la oscuridad y fue sólo a través de él que llegó la luz a la Iglesia. La posición de Kiko es fundamentalmente la misma, solamente que Kiko postula el oscurantismo de la Iglesia de Constantino hasta el Vaticano II. Por lo que mal interpretan el Concilio Vaticano II. Ellos dicen que son apóstoles del Vaticano II. De este modo justifican todas sus prácticas heréticas y enseñanzas con el Vaticano II. Esto es un grave abuso.
Sr. Fülep: ¿Cómo puede ser oficialmente admitida esta comunidad en la Iglesia?
Su excelencia obispo Schneider: Esta es otra tragedia. Establecieron un poderoso grupo de presión (lobby) en el Vaticano hace al menos treinta años. Y hay otro engaño: en muchos eventos presentan muchos “frutos de conversión” y muchas vocaciones a los obispos. Una gran cantidad de obispos están cegados por los frutos, y no ven los errores, y no los examinan. Ellos tienen familias grandes, que tienen una gran cantidad de niños, y tienen un alto estándar moral en la vida familiar. Esto es, por supuesto, un buen resultado. Sin embargo, también hay un tipo de comportamiento exagerado para presionar a las familias para obtener un número máximo de niños. Esto no es saludable. Y dicen, estamos aceptando la Humanae Vitae, y esto por supuesto, es bueno. Pero al final esto es una ilusión, porque también hay un buen número de grupos protestantes hoy en el mundo con un alto estándar moral, que también tienen un gran número de niños, y que también van y protestan en contra de la ideología de género, homosexualidad y que también aceptan Humanae Vitae. Pero, para mí, ¡esto no es un criterio decisivo de la verdad! También hay una gran cantidad de comunidades protestantes que convierten un montón de pecadores, personas que vivían con adicciones como el alcoholismo y las drogas. Por lo que el fruto de conversiones no es un criterio decisivo para mí y no voy a invitar a este buen grupo protestante que convierte a los pecadores y tiene una gran cantidad de niños a mi diócesis a participar en el apostolado. Esta es la ilusión de muchos obispos, que están cegados por los “frutos”.
Sr. Fülep: ¿Cuál es la piedra angular de la doctrina?
Su excelencia obispo Schneider: La doctrina de la Eucaristía. Este es el corazón. Es un error mirar primero los frutos e ignorar o no cuidar la doctrina y la liturgia. Estoy seguro de que llegará el momento en que la Iglesia objetivamente examine esta organización a profundidad sin la presión de los lobbies del Camino Neocatecumenal, y sus errores en la doctrina y la liturgia verdaderamente saldrán a la luz.
Cristo es el único Redentor
Sr. Fülep: Hace cincuenta años, se promulgó la declaración Nostra aetate [18] del Concilio Vaticano II. Su cuarto artículo presenta la relación entre la Iglesia católica y el pueblo judío en un nuevo marco teológico. Esta escritura es uno de los documentos del Concilio más problemáticos y controvertidos, entre otras cosas, debido a las declaraciones acerca de los judíos. Y ahora para este semi-centenario un nuevo documento fue escrito por el cardenal Kurt Koch, en nombre de la Santa Sede, en el que podemos leer que “la Iglesia católica no gestiona ni apoya ningún trabajo de misión institucional específico dirigido hacia los judíos”. ¿Acaso la orden de misión de Jesús ya no es válida?
Su excelencia obispo Schneider: Es imposible porque sería absolutamente contrario a la palabra de Cristo. Jesucristo dijo: “No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel” (Mt 15,24) y su misión continúa, no la ha abolido. Dijo “id a todas las naciones y haced discípulos” no dijo “id a todas las naciones, con la excepción de los judíos”. La declaración anterior implica esto. Esto es absurdo. Esto está en contra de la voluntad de Dios y en contra de toda la historia de la vida de la Iglesia en dos mil años.
Tenemos que arrepentirnos de nuestros pecados
Sr. Fülep: El papa Francisco abrió la Iubilaeum Extraordinarium Misericordiae [29], que es un período de oración celebrada desde el día de la Inmaculada Concepción (8 de diciembre), 2015 hasta la Fiesta de Cristo Rey (20 de noviembre), 2016. Se puede escuchar un montón de enseñanzas y meditaciones sobre la misericordia. ¿Cómo interpreta la misericordia de Dios?
Su excelencia obispo Schneider: La misericordia de Dios es su amor por nosotros. Y la misericordia de Dios se nos revela cuando vino a nosotros y se hizo uno de nosotros. Es la inefable misericordia de Dios que decidió convertirse en hombre y nos redimió en la cruz. La misericordia de Dios reside en el hecho de que siempre está dispuesto a perdonarnos cuando nos arrepentimos sinceramente de nuestro pecado. El mismo Jesús dijo a Pedro cuando éste le preguntó: [30] “Cuando mi hermano peca contra mí, he de perdonarle siete veces”, y Jesús dijo, “no siete veces, sino hasta setenta veces siete”, es decir, cada vez que tu hermano sinceramente te pide perdón. Cada vez que le pedimos a Dios que perdone nuestros pecados, no importa cuán grande y horrible sean, él nos perdonará, siempre que nos arrepintamos sinceramente, es decir, estamos listos para evitarlos en el futuro. Pero, por desgracia, el grupo del cardenal Kasper y los clérigos que apoyan su teoría, interpretan mal y abusan del concepto de la misericordia, introduciendo la posibilidad de que Dios perdona incluso cuando no tenemos la firme intención de arrepentirnos y evitar el pecado en el futuro. En última instancia, esto significa una destrucción completa del verdadero concepto de la misericordia divina. Tal teoría dice: se puede seguir en pecado, Dios es misericordioso. Esta es una mentira y de una manera también es un crimen espiritual porque se está empujando a los pecadores a continuar pecando, y que por lo tanto se pierdan y condenen por toda la eternidad.